Intelectual de vivaz personalidad, murió en Los Cocos a los 81 años, había nacido el 5 de mayo de 1929 en Rosario, hija de un prestigioso médico, Alberto Baraldi, que fue intendente de esa ciudad en 1939-40.
Se graduó en Psicología para Niños en la Universidad para Extranjeros de Perugia, Italia, en 1950, y en Filosofía en la Universidad Nacional del Litoral (UNL), en 1956.
Obtuvo becas para el Instituto Psicotécnico de Barcelona y la Universidad de Princeton. Se casó con el sociólogo catalán Juan Francisco Marsal y tuvo tres hijos: Pablo, Agustín y Luis.
Fue profesora titular de Filosofía de la Educación en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNL, en Paraná, y de Integración Cultural en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Dirigió la Escuela de Artes de la Facultad de Humanidades y Artes de esta universidad, donde dictó Estética, Historia General del Arte y otras materias.
Dio cursos en las universidades de Princeton, California y Massachussets, así como en instituciones de España, Colombia y Grecia. Fue jurado en concursos artísticos.
En Buenos Aires, fue asesora de arte del programa cultural de la embajada de los Estados Unidos, coordinó el Departamento de Artes Plásticas de la Fundación Bariloche y dirigió la Galería de Arte Kromos. Asesoró a empresas como IBM, ITT, Xerox, Arthur Young y Coca-Cola.
Entre sus libros y escritos se destacan 20 pintores, Tríptico (ensayo sobre Goethe, Ortega y Gasset y Maragall), Pintura norteamericana. Del retrato colonial al pop y Puritanismo y cultura en los Estados Unidos.
Su libro Moda & cultura es de consulta para los estudiantes de Diseño de la UBA. Ilustrado con tela de jean en la tapa, interpreta la vestimenta como un código cultural y simbólico, con atinadas observaciones.
Fue directora del Museo "La Loma", siendo recordada y admirada por su capacidad y entrega. En su período funcionaron dieciséis talleres simultáneamente, se ofrecieron muchas exposiciones de grandes artistas y conferencias de importantes intelectuales.
Este lugar, esta mansión, donde sus padres venían a fiestas, tertulias y visitas familiares, tendrá siempre su espìritu y transmitirá siempre la admiración que sentimos los que la conocimos, hacia su personalidad radiante, alegre y generosa. Sus últimos días, transcurrieron en Los Cocos, con mucha paz y Fe en la Eternidad.
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